Si hay algo que favorece especialmente nuestro aspecto es el color que da el buen tiempo a nuestra piel. Los tonos de bronceado aumentan y es inevitable que nos veamos más favorecidos que el resto del año.
Al llegar el buen tiempo empiezan las largas exposiciones al sol para alcanzar ese tono de color que deseamos todo el año, y para ello se recurre a una amplia variedad de formas para lograr ese tono lo más rápido posible.
Es muy conocido el uso de todos los tipos de aceite como aceleradores del bronceado.
¿Cómo hacer un aceite bronceador casero?
- Aloe vera: mezclamos el aloe vera natural extraído de la planta con unas cucharadas de aceite de germen de trigo y aceite esencial de coco. Se debe de mantener en un lugar fresco cuando no se esté utilizando.
- Zanahoria: son conocidos los efectos que tiene la zanahoria sobre nuestra piel. Tanto si la consumimos como si realizamos mezclas con ella para aplicarlo sobre la piel, aumenta de forma considerable el tono, ya que es rico en betacarotenos. Para realizar este aceite solo necesitaremos el zumo de una zanahoria y unas cucharadas de aceite de oliva.
- El aceite de coco mezclado con aceite de lavanda y unas cucharadas de manteca de cacao al baño maría es un gran hidratante para la piel.
- Café: solo se necesitan unos granos de café molido, un poco de sal, una cucharada de vainilla y unas cucharadas de aceite de oliva.
- Té negro: realizamos una infusión con medio litro de agua hirviendo y 15 bolsitas de té negro. Esperamos a que se enfríe y lo vertemos dentro de un pulverizador para poder echárnoslo mientras estamos tomando el sol.
Los aceites de estas recetas, sin duda, aceleran el bronceado de nuestra piel, convirtiéndola en mucho más bonita, con brillo y un tono sin duda más favorecedor, pero hay que tener en cuenta algunos factores.
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¿Qué precauciones tomar con los aceites bronceadores?
El aceite bronceador no es beneficioso para la salud de nuestra piel si tras su aplicación nos exponemos largas horas al sol. Antes de utilizarlo, deberemos de aplicar protección solar de un alto factor en nuestra piel. Además, intentar no permanecer muchas horas y ante todo, no hacerlo en las horas centrales del día, que es cuando más efectos negativos tiene el sol en nuestra piel (de 12 a 16h).
No solo nos bronceamos cuando estamos tumbados, sino que si damos un paseo o estamos practicando actividades deportivas al aire libre, también debemos protegernos y aplicarnos estos aceites para lograr un bonito tono.
Tras haberse expuesto al sol, es recomendable nutrir e hidratar la piel con aloe vera o after sun, para que su recuperación sea más rápida y logremos de este modo que no sufra molestas quemaduras ni sequedad.
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¿Qué alimentos nos ayudan a broncearnos?
A parte de aplicarnos productos sobre nuestra piel para aumentar nuestro bronceado, existen una serie de alimentos que contribuyen a que los rayos de sol hagan más efecto y más rápido sobre nuestra piel.
- El primero y más importante: el agua. Hidratar nuestra piel por fuera es importante, pero también hacerlo desde dentro. Una alternativa son los zumos o granizados.
- Los alimentos que tengan un color anaranjado como la zanahoria, la naranja, el mango, la calabaza, el tomate... contienen betacarotenos, que sirven para producir melanina y que aumente nuestro bronceado.
- Alimentos con vitamina B (carne, pescados, huevos...), vitamina E (antioxidantes) y ricos en omega 3, que encontramos en alimentos como el pescado azul, una grasa indispensable que ayuda a evitar la deshidratación de la piel.
Y es que, es importante encontrarnos a gusto con nuestro exterior, pero la belleza empieza a crearse desde nuestro interior.
