Existen diferentes formas de clasificar los aceites de masajes, ya que todos no aportan las mismas propiedades, ni sirven para las mismas finalidades ni tienen la misma fluidez. Es por ello que podemos clasificarlos de diferentes modos para saber qué aceite de masajes estamos comprando o cual necesitamos.
Clases de aceites según su olor
Los aceites para masajes se pueden clasificar, en primer lugar, por su olor. Y es que hay muchas personas que prefieren adquirir este producto sin aromas añadidos, ya que pueden llegar a resultarles molestos al tenerlos sobre la piel.
Los aceites neutros
Es por ello que la mejor opción es optar por aceites neutros que no tengan olores añadidos, y que tan solo tengan propiedades beneficiosas sobre la piel sin recurrir a la aromaterapia.
Los aceites con aromas naturales
Posteriormente, existen los aceites totalmente naturales, aquellos como:
Estos aceites tienen su olor característico procedente del fruto del que están extraídos. Son perfectos para aquellas pieles que tengan dolencias, sean atópicas o sufran alguna enfermedad o sensibilidad, ya que al no contener alcohol ni perfumes, no causarán ningún tipo de reacción sobre la piel.
Los aceites esenciales
Por otra parte, están los aceites esenciales, que son aquellos que están realizados a base de aceites naturales pero a los que les han añadido un extra de aroma, también natural, pero capaz de cambiar las sensaciones que aportan al igual que el estado de ánimo. En los aceites esenciales podemos encontrar los cítricos, las frutas, la lavanda, el romero, la menta... Existen tantas variedades como queramos y son capaces de transmitirnos relajación, eliminar el estrés y también las malas vibraciones.
Tipos de aceites según sus propiedades
Otra de las formas de clasificar el aceite es mediante sus propiedades. Y es que existen aceites que son capaces de transmitir calor, frío o con propiedades terapéuticas.
Aceites que transmiten calor
Los aceites que transmiten calor, como el aceite de Sarajevo, son especiales para calmar algunas dolencias musculares, ya que el calor obtenido por el masaje más el que transmite el aceite son capaces de aliviar las contracturas ocasionadas por el deporte, las malas posturas mientras dormimos y las malas posturas mientras estamos trabajando.
Aceites refrescantes
En muchas ocasiones lo que necesitamos es un aceite que nos refresque mientras se realiza el masaje. Es el ejemplo de los aceites cítricos o los aceites esenciales de menta o eucalipto. En temporadas de calor es la mejor opción mientras realizan un masaje en el cuerpo, ya que no se llega a notar el calor que inevitablemente ocasionan las manos al frotar contra el aceite y se obtiene una sensación revitalizante.
Aceites con propiedades terapéuticas
También existen aceites con capacidad de curar ciertas dolencias musculares e incluso del ánimo. Se trata de aceites con ciertos poderes curativos pero que son totalmente naturales. Es el caso de los aceites que son capaces de calmar las inflamaciones, al igual que aquellos que son analgésicos para evitar los dolores en los músculos o los huesos.
Los aceites según su consistencia
También tiene mucho que ver en el tipo de aceite que elijamos su consistencia y su fluidez, y es que es necesario optar por un aceite que se adecue al uso que le vamos a dar, ya que algunos permiten que las manos durante el masaje corran de un modo rápido sobre la piel masajeada y otros, al ser más densos, necesitan un mayor esfuerzo para conseguir realizar el masaje en todas las partes del cuerpo. También es importante el grado de absorción que tienen estos aceites, ya que nos ayudarán a que la piel quede más hidratada sin necesidad de tener que retirar el exceso de aceite.
