Aprende a hacer hidrolatos caseros

Cómo hacer hidrolatos caseros

Las aguas florales, también conocidas como hidrolatos, tienen un amplio abanico de usos, tanto en el ámbito de la cosmética natural como del bienestar del hogar. Una de las principales aplicaciones de las aguas florales son como fragancias para las diferentes estancias de la vivienda. También se utilizan a modo de tónico facial y corporal, e incluso como desodorante. Además, las propiedades de los hidrolatos hacen que sean estupendos para combatir distintos trastornos o afecciones como el acné o el insomnio.

Aguas florales: ¿qué son?

Cuando se destilan las flores u hojas de una determinada planta, se obtienen dos extractos. Por un lado, el acné . Y, por otro lado, el aceite esencial. En ambos extractos se encuentran todas las propiedades y beneficios de la planta en cuestión, aunque en el agua floral de forma menos concentrada que en el aceite esencial.

Por lo tanto, los hidratolatos se adaptan mucho mejor al uso directo sobre la piel. En cambios, los aceites esenciales se deben mezclar de manera previa con una base para su posterior aplicación.

El agua floral es por tanto un líquido 100% natural, con un aroma exquisito, que ofrece todas las propiedades de la planta a la piel. Sus aplicaciones en el ámbito cosmético son muy amplias: loción desmaquillante, bruma refrescante, perfume, tónico casero, etc.

agua de rosas usos cosméticos

Cómo preparar hidrolatos caseros paso a paso


Si quieres aprovechar todos los usos cosméticos de las aguas florales, te interesará saber que se pueden preparar hidrolatos en casa de forma rápida y sencilla. Los pasos a seguir son los siguientes:

  1. Recolectar las flores que se van a utilizar para hacer las aguas florales. En función de cuál vaya a ser su aplicación pueden ser unas u otras. Por ejemplo, si los hidrolatos se van a utilizar para calmar el acné, lo mejor es optar por las flores de manzanilla ya que tienen propiedades antisépticas y calmantes. En cambio, si van a ser utilizados para perfumar el hogar, el jazmín o la lavanda son opciones estupendas.
  2. Poner en un bol de cristal y se lavan con abundante agua tibia. Hay que hacerlo con cuidado para que las flores se rompan, evitando aplicar agua a gran presión. Luego, se dejan escurrir en un colador para que suelten el agua.
  3. Una vez los pétalos de las flores estén secos, se colocan en una botella o bote de cristal de tamaño grande y se añaden 300 ml de agua destilada. Se remueve muy bien con una cuchara de madera para que no pierdan sus propiedades y se cierra el frasco herméticamente. Luego, se deja reposar en una zona oscura, tapado con un trapo oscuro.
  4. Una vez hayan transcurrido 24 horas, se abre el frasco y se añaden 300 ml de alcohol de farmacia y 50 gotas de aceite esencial. Se vuelven a mezclar todos los ingredientes y se cierra el frasco. Se tiene que dejar de nuevo en un lugar oscuro, esta vez durnte 72 horas.
  5. Cuando haya transcurrido el tiempo, se cuela con un colador y, a continuación, utilizando un embudo, se introduce el agua en un frasco de vidrio más pequeño con pulverizador.
  6. Lo mejor es que el frasco en el que se van a guardar las aguas florales de forma definitiva sea de color oscuro. De este modo el aroma se conservará mucho mejor.

Lo más recomendable es almacenar este frasco en un lugar seco y oscuro, alejado de fuentes de calor como radiadores. Elaborar hidrolatos caseros es muy sencillo y sus beneficios son muy amplios. En función del uso que se les vaya a dar a las aguas florales, se pueden preparar varios frascos con diferentes flores y almacenarlos para diferentes ocasiones.

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